martes, 4 de noviembre de 2014

La princesa del corazón de cristal


Entre las estrellas corre una leyenda, que todas las hadas cuentan cuando bajan a la tierra. Una noche una pequeña hada con el pelo naranja, me contó esta historia de la que todos hablan.
Hace muchos años hubo un reino llamado Ambervale. Era un reino hermoso lleno de flores de distintas formas y colores. Los árboles, eran altos y fuertes y la hierba, era verde y tenía un aroma siempre fresco.
Pero un día no se sabe muy bien porque una malvada bruja lanzó un hechizo que sumió al reino de Ambervale a una nevada infinita, pues la envidia del reino la mataba y la felicidad de todos la enfurecía.
Ya nada era como antes, ya no había bailes en la plaza, ya no había cosechas, la pobreza estaba acabando con todos.
El rey en su desesperación no sabía qué hacer, así que un día un pequeño hombrecito de trapos verdes se le apareció y lo llevo al bosque Oscuro y no se supo más de él. En el pueblo comentaban que el rey había huido con todo el dinero, las joyas y todo. Pero la realidad era que había caída en una trampa de una horrenda criatura que se hacía pasar por seres buenos, pero en realidad no era más que una desgraciada. Fue así como solo quedaron la reina y la pequeña princesa Tania. La pequeña Tania poseía algo no muy común en las princesas, ella tenía un corazón de cristal.
La bruja al enterarse de ese don de la muchacha decidió quitárselo y así mando ‘príncipes’ falsos, que no eran más que esas criaturas que capturaron al rey y estos trataban de convertirla en su musa pero ninguno lograba enamorarla. Eso enfureció a la bruja.
La reina al ver las propuestas de los jóvenes príncipes, se dio a entender que era una trampa y decidió esconder a su hija en la torre más alta, donde ningún humano o ser podrían llegar tan fácilmente y un dragón la protegería.
Una noche un hada se le apareció en sueños a un joven del pueblo diciéndole que él era el único que podía acabar con la miseria de Ambervale. Solo que antes tenía que encontrar la espada dorada que matara a la bruja.
Mientras tanto en la torre la joven Tania había caído en un profundo sueño que la bruja le había hecho y solo alguien de corazón puro y amor verdadero podría despertarla.
El joven Tomas tomo riendas y fue en busca de la espada.
En el bosque Oscuro se le presentaron criaturas que querían desviarlo del camino, pero Tomas fue más fuerte.
En las profundas aguas del mar se le presento una sirena que lo guió hasta una isla para que encuentre el mapa y obtenga la espada y mate a la bruja.
Tomas encontró la espada dorada en las profundas aguas del mar.
Este encontró a la bruja en el pico de una montaña y lucho con ella. Antes de matarla le pregunto dónde se encontraba el rey y esta le respondió que estaba muerto. En venganza Tomas le corto la cabeza. El rey estaba en un calabozo en la guarida de la bruja. Por suerte pudieron huir y regresar al reino.
Ambervale seguía pasando por el frio y el hambre. Pensaron que al matar a la bruja el hechizo se revertiría pero no fue así, no se dieron cuenta que la única solución de este problema lo tenían en sus narices, y era Tania, la joven princesa del corazón de cristal. La reina le ordeno al dragón dejar libre a la princesa y el rey al ver a su hija en ese estado estallo en llanto.
Solo el beso más puro y verdadero la despertaría y salvaría al reino, asi que el rey beso a su hija en su frente y esta despertó. Y es que no hay amor mas verdadero que no sea el de un padre a su pequeña hija, es su primer amor y su todo. No hay príncipes azules, pero si hay reyes que adoran a sus princesas con todo su corazón.

Ambervile regreso a ser el reino más feliz y hermoso que siempre fue.

(Rosella Rodriguez)

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