Es algo
que jamás me plantee antes, supongo que, “a veces tomamos caminos, sin ver
realmente lo que hay al final de ellos” y de pronto te ves inmersa en algo que
te satisface de una manera inexplicable.
Siempre vi en mí, un futuro rodeada de personas, decisiones y fortaleza, un mundo que estaba esperando para ser descubierto, el cual me invitaba a reflexionar, desde que tengo razón, él porque de las cosas.
Siempre vi en mí, un futuro rodeada de personas, decisiones y fortaleza, un mundo que estaba esperando para ser descubierto, el cual me invitaba a reflexionar, desde que tengo razón, él porque de las cosas.
Desde pequeña me gustaba e interesaban las
ciencias naturales, hacer experimentos, observar el comportamiento de las
personas y los animales, ir al campo, ver como se desenvolvía todo mi entorno e
intentar llegar a una conclusión de todo, en realidad me gustaba la ciencia en
general, era una pasión un poco absurda e inespecífica, claro en aquellos años
no podía comprender que era con exactitud, solo sentía una las ganas de
satisfacer esa necesidad extraña que me motivaba a seguir adelante, sin
embargo, conforme pasaron los años y mi perfil se dirigía cada vez más y más a
lo que en la actualidad me quiero convertir, fui mostrando más interés por la
medicina, porque a pesar de tener una gran presión ahora me fui dando cuenta
que los números no son algo que me apasiona y observando y un poco informándome
me di cuenta que algunas carreras que me eran extendidas, no eran para mí. Me
gusta emprender nuevas cosas, buscar soluciones y tener opciones, nunca me ha
gustado quedarme con esa sensación de vacío; y eso siento con tan solo
mencionarme la palabra medicina o doctora.
Durante los últimos años no sabía exactamente lo que quería
estudiar, ya que me sentía presionada por todos al preguntarme: -Estas en
quinto ¿qué vas a estudiar? ¿En qué universidad? ¿San Marcos no? Tienes que
estudiar en una universidad nacional, tienes que ser como tu primo Alex, tienes
que prepararte un año, San marcos es la mejor.
Mis padres querían que estudie ingeniería. Mi padre añora y
sigue añorando que estudie una carrera relacionada con el campo, los animales,
los cultivos, algo así como ingeniería ambiental o agrícola; ya que él tiene
campos en Cusco y trabaja en ellos, decidió que sería una carrera perfecta para
mí, ya que tendría un lugar donde trabajar o hacer mis estudios. No suena mal
la idea de esta carrera pero siento que al 100% no es algo que quiero, y si la
elijo seria solo para cumplir un deseo de mi padre. Sinceramente, solo hay una
sola universidad que me brindaba todo eso y esta era la Universidad Agraria,
que también es nacional.
Por otro lado, mi mama quería que estudie ingeniería de
sistemas, no se realmente el motivo pero solo me decía “Ingeniería de sistemas”,
supongo que cualquier ingeniería le hubieses gustado, pero hay algo que me
impedía, no soy buena con los números y los cursos de matemática, no son lo
mío.
Así que empecé hacer test vocacionales en mi casa, y la
primera carrera que me salió fue veterinaria; vacile un poco. Amaba los
animales, pero no sabía si era algo que quisiese hacer toda mi vida, talvez
como hobbie podía unirme a un albergue o ser voluntaria.
Volví a hacer el test, me salió ingeniería ambiental. Empecé
a asustarme y pensé creo que el destino quiere que estudie esto. No me quedo de
otra que dejar a un lado los test.
En el colegio volvieron a tomarnos estos ‘test’ que me
perseguía por todos lados. Empecé a marcar cualquier cosa en los papeles que me
daban los asistentes de las universidades. Era mucha presión y solo estábamos
en cuarto de secundaria y ya querían elijamos que carrera íbamos a seguir por
toda nuestra vida. Estaba en total desacuerdo.
Empecé a pensar, a mí me encantan los idiomas, y tenía una
gran ventaja porque ya sabía tres ¿Por qué no estudiar algo relacionado a ello?
– Negocios internacionales-. La carrera contenía matemática y me desanima
rápidamente.
Luego pensé, hotelería y turismo, como mi amiga, pero me
importo más el qué dirán, y mis padres diciéndome –no vamos a pagarte la
universidad- y yo todavía no sabía que era lo que realmente quería estudiar.
Había tachado todo lo que era números, y no quería estudiar
algo como derecho, ya que en mi antigua casa ya había 3 abogados, uno en cada
piso y no quería ser una más.
También había tachado la carrera de medicina, porque me
dijeron que si era asquienta no podía estudiar algo como esto, y que era una
carrera muy difícil y la más larga, y no quería ser como Alex.
Pero me puse analizar bien todas las carreras, sin ayuda de
nadie, de que trataba cada una, ya que si elegía una, ya no podía cambiarla
hasta terminarla.
Yo no tuve un familiar cercano como ejemplo o alguien que me
diga porqué había elegido su carrera, y cuando preguntaba respondían-a mí me
obligaron-.
La verdadera razón por la cual elegí estudiar la carrera de
medicina, no fue obligada, fue por mí misma, es porque hace unos años, 2008
siendo más exacta, me dio una enfermedad llamada purpura de Schönlein-Henoch. Esta es una enfermedad de etiología desconocida y patogenia autoinmune. Corresponde
al grupo de las vasculitis leucocitoclásticas, y se caracteriza por
la inflamación de vasos y de pequeño calibre y las
frecuentes manifestaciones cutáneas que presenta.
Los síntomas son diversos, afectando con mayor frecuencia a
la piel (100% de los casos), donde produce púrpura palpable de distribución característica, más intensa
en nalgas y extremidades inferiores. También dolores abdominales.
Aunque se desconoce el agente causal de la enfermedad, se ha
visto asociada a infecciones respiratorias, por lo que se ha
planteado que ciertos microorganismos como bacterias del género Streptococcus puedan estar implicados en la patogenia.
La lesión histológica es similar a la de otras vasculitis predominantemente
cutáneas y parece deberse al depósito de inmunocomplejos de inmunoglobulina A en los órganos afectados.
Esta enfermedad afecto a mis riñones, he izo que mi nivel de
proteinuria sea más elevado que lo normal.
Yo supuse que la enfermedad se debía a la fiebre elevada de
40 °C que había tenido unas semanas antes de que le enfermedad me atacara, y me
dieron unos medicamento que altero mi sistema o las atenciones de los doctores
no fueron las adecuadas.
La enfermedad es muy rara, ya que no se sabe el porqué ataca
a tu sistema o a veces hasta puede ser hereditaria. Muy rara en el Perú, los
practicantes me tomaban fotos, no a mi rostro o cuerpo, sino a las piernas y
pasaba de sala en sala a que cada uno me diagnosticase.
Las piernas se te tornan de un color purpura, son manchas que
abarcaron todas mis piernas e hicieron que no pueda hacer algún movimiento ya
que se podían romper los vasos capilares internos.
Tuve este tratamiento por dos años de mi vida, me volví
‘‘caserita’’ del hospital y era la paciente más frecuente de mi doctor, quien
fue y es mi inspiración de que si termino mi carrera, me especializaría en
nefrología.
No solo esa fue mi decisión de estudiar medicina, sino el ver
a tantos familiares cercanos sufrir con el famoso ‘‘cáncer’’ y no poder hacer
nada mientras los veía sufrir, me marco la vida; desde la forma de comportarme, hasta
de ver diferente a quienes me rodeaban, lo cual me llevo posteriormente a la
admiración del trabajo del médico, al enfrentarme nuevamente el temor de perder
a alguien, y ver la fuerza, trabajo y dedicación del médico a cargo me hizo
saber reconocer y valorar aún más la responsabilidad y trabajo que posee la
carrera de medicina, admirar dicha labor, ya que el médico no debe ni puede
rendirse, la prioridad es el paciente, sin importar las pocas horas que vaya a
dormir, lo mínimo que vaya a comer o el tiempo que esto vaya a tomar; y la otra
por el interés que mostré antes mencionado. Me dio toda la idea que de grande
podría ayudar a chicos y a grandes.
A partir de este acontecimiento que marco mi vida, dándole
una nueva perspectiva, la idea de lo que es ser médico para mí, se fortaleció,
dejándola como la carrera más hermosa, por la convivencia, trabajo en equipo,
deseo de ayudar, de poder recibir, mejorar y trabajar para mejorar la vida de
las personas, considerándola como una carrera que necesita entrega, pasión,
fuerza, voluntad, sabiduría que no se limita a las ciencias médicas, se
extiende de lo cultural y lo social a lo más complejo y magnifico que hay, que
es el funcionamiento del cuerpo humano.
Me estoy adecuado a esta idea, cada vez que voy al hospital,
rodeada de tantos doctores, algún día seré como uno de ellos. Me agrada
bastante estudiar una de las carreras más difíciles y demandantes del mundo, pero
al mismo tiempo me pone nerviosa y feliz.
Mi
prioridad es y será fomentar la salud y prolongar la vida, respetar, escuchar,
entender, ayudar y cumplir con mi paciente. Es una ilusión que me motiva día a
día para levantarme y poner un pie sobre el otro, que me alienta y sin importar
las duras y largas jornadas siempre dibuja una sonrisa en mi rostro al final
del día.
Hay que tener ciertas cualidades bien claras antes de elegir
la carrera ya que no es fácil, hay que contar con el perfil adecuado para poder
vincularlas entre sí, por lo que el médico deber ser un individuo social,
ético, moral, justo, responsable, sincero, tolerante, sencillo, es decir,
contar con los valores, virtudes, actitudes y aptitudes necesarias para brindar
al paciente el trato, información y procedimiento que este merece.
Posteriormente las motivaciones no han sido gratas por parte
de todos, pero el descubrir que estoy tan cerca y la decisión ya fue tomada, es
más maravilloso de lo que imagine; que al elegir este camino, a pesar de solo
haber imaginado el final, era lo que esperaba ya que el recorrido es largo,
pero todo lo que pueda tomar en el trayecto, son frutos que recogerá mi futuro.
Rosella Rodriguez
Gran vocación el decidirse a estudiar medicina. Es una carrera a largo aliento, pero que valdrá la pena y tendrá sus frutos.
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