martes, 4 de noviembre de 2014

El racismo en el Peru - Rosella Rodriguez


Abaixo o racismo! :P

Es muy común afirmar que el Perú no es un país racista, que aquí vivimos armoniosamente indígenas, blancos y mestizos, negros y chinos y otros grupos minoritarios, y que las oportunidades sociales están abiertas a todos. Sin embargo, la realidad es muy distinta. Lo cierto es que si existe en nuestro país el prejuicio racial, consistente en un juicio previo antes de conocer a la persona. El sentirse superior por ser blanco.
Lo más novedoso de este tema es que aun en pleno siglo XXI, se dan estos casos pero ¿Somos racistas los peruanos? Lo somos, y, lo más grave es que pretendemos no serlo.
Nadie quiere admitir que hay racismo y que el racismo lo provoca uno mismo. Por lo tanto, creo que resulta necesario hacer de este tema una reflexión pública.
El paso de una sociedad basada en categorías raciales a otra basada en la igual dignidad de todos, es uno de los mayores retos de  la historia. La  lucha contra el racismo es una tarea indispensable para tener una sociedad igualitaria sin discriminación y burla de nosotros mismos.
¿Y nosotros somos racistas y decimos que no lo somos?  Esa pregunta queda para nosotros mismos.
Lo cierto es que las razas no existen. En otras palabras, si bien poseemos rasgos físicos diversos, el imaginarlos como razas y atribuirles distintos valores morales, es un asunto que las sociedades definen y no vienen dados genéticamente.
Sobre este tema, preguntémonos:
¿Acaso no asociamos a la persona afroperuana como delincuente y a los  blancos como exitosos?.
¿Hemos visto los comerciales de Ripley y Saga donde la mayoría de mujeres niños u hombres son blancos?.
Estos contenidos se acentúan más  a través de los medios de comunicación, los cuales  influyen en la sociedad. Los estereotipos, La idea de  los acontecimientos y de la realidad, se estructuran a partir de la continua transmisión de opiniones e información que transmiten en la radio, la prensa escrita, el Internet, y especialmente la televisión.
En ellos se presenta una visión de los campesinos andinos como seres torpes y sucios. Se burlan de su forma de hablar y se les compara con animales. También se clasifica constantemente a los afroperuanos como monos y a los indígenas como alpacas. En el fondo el  mensaje que está detrás es que estos grupos poblacionales son dañinos e innecesarios.
Entramos al terreno de la broma nos dejamos llevar y no nos damos cuenta que sin querer estamos contribuyendo a la construcción de estereotipos y prejuicios raciales. Discriminamos a las personas que tienen determinado color de piel o forma de hablar.
En este caso la construcción de estereotipos raciales en los programas cómicos ridiculizan a las personas a partir de los rasgos físicos que las caracteriza tales como la ‘‘Paisana Jacinta’’, ‘‘Tulicienta’’, ‘‘Negro Mama’’ y diversas secuencias de los programas ‘‘Risas de América’’, ‘‘El especial del humor’’ etc.
Por ejemplo, en el programa de la “Paisana Jacinta” se muestra una visión de la mujer andina y campesina como un ser ignorante. Se insulta reiteradamente su forma de hablar, a veces se muestra como gracioso que los demás personajes confundan a la protagonista con una llama o un perro. Pero el solo hecho de no hablar de una persona sino de todas las personas de la sierra demuestra que las personas de dicha zona solo eran capaces de decir ‘Ñañañaña’. Estos contenidos, no reflejaban el hecho cierto que el migrante pueda salir adelante y progresar como viene ocurriendo en la realidad.
Asimismo, si analizamos el personaje del “Negro Mama”, observamos que se refiere a una persona de poca inteligencia bajo expresiones ofensivas como que ‘únicamente piensan hasta el medio día’, ‘tenías que ser negro’. Es decir las referencias hacia esa persona siempre son en base al insulto y al golpe.
Las secuencias y bromas más recurrentes también versan sobre el color de la piel de las personas. La comparación de un hombre de piel blanca y uno de piel negra.
En realidad, el humor de contenido racial no solo revela estereotipos y prejuicios sino los profundos complejos de nuestra sociedad. Lo blanco es asociado a lo bello y superior, con mayor prestigio para la percepción común. Por el contrario, lo oscuro a lo feo. Esto provoca consecuencias graves en el imaginario colectivo en la  mayoría de peruanos ya que está reforzando el inconsciente de mucha gente que, aunque no lo reconozca, cree que los serranos son naturalmente ociosos, o que los negros son naturalmente brutos y que los blanco tienen más inteligencia o más condiciones para mandar, aunque necesariamente no sea así.

Uno de los casos más escandaloso fue cuando la congresista Martha Hildebrandt quien se refirió sobre la congresista Maria Sumire como indígena e inculta. La discusión empezó en pleno congreso cuando las congresistas nacionalistas criticaron a la parlamentaria Hildebrandt por no respaldar el proyecto de ley para la preservación de las lenguas aborígenes.

 

No solo eso, está el caso de algunas discotecas como Café del Mar que no dejaba  ingresar a sus instalaciones a  las personas por ser ‘negras’ o ‘mestizas’ y dejaban entrar solo a las personas que ‘tenían pase’, cosa que era otra excusa más.

 

También durante el verano algunas playas no dejaban entrar a algunas personas de zonas como san juan de Lurigancho y zonas no muy bonitas en su opinión, separando las playas a través de un camión y poniendo agentes de seguridad entre la división.

Algo como pobres versus los ricos.

 

Estos son algunos casos de racismo innegables.

 

Todos somos una sola raza, todos somos cholos.

Pero si las razas no existen ¿qué sentido tiene hablar del racismo?

Todos somos iguales porque somos biológicamente o genéticamente o racialmente mezclados, sino no somos iguales.

 

Desde niños nos meten la idea de las mezclas: Español e Indio es mestizo, mestizo y español es castizo, español y negro es mulato, y asi sucesivamente.

No solamente son razas también nos dicen quién es más superior, ¿los blancos o los negros?

Ninguno.

 

Pero el verdadero color de los peruanos no existe, hay chino blancos negritos, simplemente no hay color.

 

Es importante reflexionar sobre lo siguiente: ¿no sería nuestra sociedad diferente, si los peruanos estemos en un lugar donde podamos convivir pacíficamente sobre la base del respeto mutuo y consideración entre nosotros? Estamos lejos de ser una sociedad así. Vivir en una sociedad donde todos nos respetemos, si se puede lograr y se lograra luchando contra las desigualdades sociales económicas y étnicas que hay.

 

We are ALL onePara eso, nuestro país necesita urgente trabajar a nivel de políticas de Gobierno en la obtención de una identidad nacional, donde nos reconozcamos los peruanos que provenimos de un origen común, y que las diferencias sean más bien reconocidas como aspectos que suman para construir una identidad sólida Solo así podemos  construir un Perú más igualitario más democrático o más solidario entre nosotros, y así podamos contribuir a desaparecer esa discriminación racial que todavía prevalece.

 

¿Somos o no somos racistas los peruanos?, tal vez cada uno de nosotros ya tiene una respuesta.
Y es tiempo de hacernos otras preguntas: ¿Queremos o no queremos vivir  en un país con tanta desigualdad y discriminación? y más importante todavía, ¿vamos o no vamos a hacer algo para cambiar esta situación?.
Estas interrogantes son importantes formularlas. Su respuesta honesta nos permitirá trabajar en construir un país mejor para las próximas generaciones.

1 comentario:

  1. Este texto me recuerda muchos viajes que realizo en mis tiempo libres, en los cuales, varias veces observo mucha discriminación; para reflexionar. Felicitaciones

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